domingo, 24 de mayo de 2009

jueves, 21 de mayo de 2009

Mi hábitat natural

La biblioteca universitaria es aquel lugar tranquilo que en mayo y junio se transforma para ser lo más parecido a un psiquiátrico. La gente llega 5 o 10 minutos ANTES de que se abran las puertas (porque señores, aquí en Reus, en la mismisima capital del mundo no tenemos horario de 24h) y entran todos a la vez, empujandose, arañandose y mordiendose para ser los primeros en conseguir sitio. Y pobre de aquel que se haya quedado dormido y llegue 10 minutos después de que abran, ese pobre infeliz, ya no tendrá sitio.

Una vez se tiene el sitio todo el mundo se va, por supuesto, a desayunar. Y luego a eso de las 11 otra vez (todos tenemos algo de funcionarios en nuestro interior). Por supuesto, en cada descanso cae un cigarrito. Pero lo mejor son las caras. Cada vez que alguien tiene que volver a entrar, resopla, tira la cabeza para atrás y entra con mucha, mucha, muuucha resignación.

Otra cosa curiosa que pasa en la biblioteca es que pierdes la noción del tiempo. Y no en el buen sentido. Tu te sientas firme, prometiendote que no te levantarás hasta dentro de 2 horas, empiezas a leer los apuntes y de repente piensas "tiene que haber pasado como mínimo hora y media" y miras el reloj, y ves que tristemente solo ha pasado media hora. El tiempo no pasa, se queda estancado, pero en cuanto sales de la biblioteca para descansar el muy cabrón se acelera.

Y este es el lugar donde discurren mis días, nosotros lo llamamos cariñosamente "el matadero".